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viernes, 2 de noviembre de 2018

AMOR EN MAYÚSCULA


Cómo se puede morir de amor?, como decía la canción, que contradición. Y es que el amor no mata, lo que mata es el desamor. Tampoco se puede tomar la frase literalmente porque uno no muere fulminado cuando le dan calabazas, cuando no le cogen el teléfono, cuando ve que la otra persona camina de la mano de alguien que no eres tu… No, uno no cae fulminado pero se le parte el corazón a pedazos, y le falta el aire, porque el cuerpo en un mecanismo de defensa intenta que esos trozos no se desparramen y te achicharren por dentro como si te hubiesen cargado de metralla. Uno no muere fulminado, lo hace lentamente, despacio, saboreando el dolor de esa herida que no se cierra con nada.
Y también uno muere de amor no porque falte sino porque sobra, ¿como es posible ésto?, tampoco es muy entendible, pero sí amigos, porque todo es malo en exceso, hasta el amor. Cuando te aman demasiado, cuando respiran por tus poros, obstruyendo ese aire privado y único que todos necesitamos, cuando te miran con ojos de cordero degollado diciéndote “si te vas, me muero”, te están encadenando, te están obligando a un compromiso que te asfixia. Tampoco te mata fulminante pero al igual que en el caso anterior, te va oprimiendo el pecho, poco a poco hasta que te quedas sin aire y mueres, también de amor, pero en éste caso, de sobreamor.


La gente confunde mucho el sentido de lo que es amor, porque ni lo uno ni lo otro, se puede incluir en esa palabra tan grande que escribo con mayúsculas porque para mí es la palabra más bonita que existe: “AMOR”.
El amor es otra cosa. Si amas a alguien, déjalo ir; dale alas, no grilletes. Si amas a alguien, no hace falta que lo colmes de halagos, podrá saber la calidad de tus sentimientos por como le besas. Si amas a alguien, amate a ti primero, así no tendrás que morir de amor, ni por exceso ni por defecto.
Ese es el verdadero amor que se puede escribir con mayúsculas.

Anyma

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