visitas al blog

jueves, 10 de enero de 2019

un escrito mañanero

A veces las cosas no salen como queremos, o no son como la imaginamos.
 Si dejáramos de tener una mente cuadrada donde todo debe encajar como en un rompecabezas, si tuviésemos una perspectiva más amplia y entendiéramos que las expectativas pueden varíar por muchos motivos que no tienen nada que ver con nosotros, tal vez no nos sorprenderíamos si los planes o proyectos no siguen el curso esperado.

Somos también muy reactivos y enseguida nos enfadamos, nos quejamos de nuestra mala suerte y hasta pensamos que alguien nos debe haber echado un mal de ojo para que las cosas no nos salgan.

No somos nada flexibles, ni adaptables, y no vemos más allá de nuestras narices porque si lo hiciéramos nos daríamos cuenta que muchas de las cosas negativas que nos pasan son bendiciones disfrazadas. Es decir, que el no conseguir lo que uno quiere en el momento, puede traernos algo mejor más adelante que no tendríamos si hubiésemos obtenido lo primero.

Y eso nos ha pasado a todos en algún momento de nuestra vida, pero no lo recordamos cuando estamos en pleno proceso, en el mismo centro de la tormenta. Nos ponemos nerviosos, nos paraliza el miedo, Dios mío, Dios mío... por qué me has abandonado?  Siempre echando la culpa a los demás, cuando somos nosotros los que manejamos la barca, los que en el fondo no confiamos en nuestras habilidades para salir del paso. No aprendemos de una para otra, y no nos creemos que El está ahí precisamente para eso, para no dejar que nuestro barco se hunda del todo.
Es curioso como podemos acusarlo con plena convicción, - Señor, me has abandonado- y como para creer que el nos sostendrá, vacilamos y dudamos de su existencia. ¿Será El o es una casualidad del destino?
Pues sí, así somos los humanos.

Y esto que me ha salido sin pensar, sin planear, porque cuando escribo, sé como empiezo, pero nunca como termino.  Será que me dejo llevar... por la inspiración de mis tormentas.
Buen día pescaítos.

Anyma-

No hay comentarios:

Publicar un comentario