visitas al blog
viernes, 7 de diciembre de 2018
Hoy tengo ganas de escribir
Ahora que está próximo a finalizar el año, me pongo a reflexionar sobre estos trescientos y pico de días que llevamos a nuestra espalda y puedo decir que no me pesan como otros años.
He aprendido muchas cosas estos doce meses, enseñanza que se suma a la de los años anteriores, aunque parezca que seguimos suspendiendo asignaturas pero es que es difícil asimilar ciertas cosas, entender a las personas, saber ocupar tu lugar y por supuesto antes de ocuparlo, encontrarlo. Parece muy fácil porque además, hoy con la tecnología te encuentras un sinfín de textos, frases y capítulos de autoayuda a los que les puedes dar un pantallazo y revisar de vez en cuando, según las necesidades del momento.
Parece que es fácil porque además hemos recorrido el camino muchas veces, cruzándonos con las mismas personas y tropezando con la misma piedra, en el mismo sitio. Somos duros de mollera porque nos cuesta rodear el hoyo, o tomar por otro sendero.
Nos cuesta también perdonar y perdonarnos, queremos llevar siempre la razón, porque tenemos una visión particular del asunto y no nos bajamos del burro. No aceptamos las perspectivas, nos dan miedo los cambios, preferimos morirnos de frío a mudarnos a otro piso más soleado. Lo de mudarnos es una metáfora que viene muy bien a la hora de explicar nuestro interior. Es como si nos costara mucho trabajo mover los muebles de sitio, y aunque estemos viviendo mal, nos aguantamos, nos conformamos con lo que tenemos porque es más cómodo o más seguro, o porque así nos lo contaron y eso lo llevamos grabado en la cabeza. Es el caso del niño amaestrado. Muchos sólo pueden ser rebeldes en el corazón.
En fin, muchas cosas se me pasan por la cabeza, hoy 7 de diciembre, en medio de un puente que para unos será maravilloso y para otros, dos losas que están a punto de aplastarlos.
He aprendido, claro que sí, igual que vosotros. Cada uno en su medida, aprende, de sus errores más que nada, que es lo que de verdad duele aunque soy consciente de que volveré a caer en algún que otro agujero negro, de esos que nos están predestinado porque no soy ni mucho menos perfecta, pero sí estoy empezando a cambiar los muebles de sitio en mi interior, estoy redecorando mi casa espiritual, tirando la basurilla que sobra y dejando espacio para que cuando entre este año nuevo, pueda abrirle la puerta de par en par, sin que se tropiece con ningún trasto viejo.
Anyma
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Joder lo has calcado bravo
ResponderEliminarTotalmente identificada en tus palabras. Bravo!!!
ResponderEliminarEres la bomba Angeles preciosa reflexión
ResponderEliminarQue verdad y que bonito expresado
ResponderEliminarQue maravillosa reflexión me parece precioso como escribes una una verdad como un templo
ResponderEliminar