GALLETAS DE AVENA Y YOGUR SIN AZÚCAR
Tengo debilidad por las
galletas, me encanta comerlas pero también hacerlas. Me gusta tener una
bonita caja o tarro con galletas caseras siempre en casa, eso sí, desde
hace tiempo procuro que las más dulces sean solo un capricho ocasional.
Estas galletas de avena y yogur sin azúcar son estupendas para el desayuno, la merienda o para tomar un picoteo nutritivo a cualquier hora.
No llevan ningún tipo de endulzante por lo que
pueden resultar sosas a los que estén muy habituados a la repostería con
azúcar o edulcorantes, pero os animo a acostumbrar poco el paladar. Al
no ser dulces nos dan mucho juego a la hora de servirlas, pues también
podemos tomarlas con un acompañamiento salado, como queso, aguacate,
crema de cacahuete o hummus.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas con papel sulfurizado o una lámina de hornear de silicona.
Disponer en un recipiente mediano los huevos con la vainilla y batir con unas varillas. Añadir el yogur -que esté bien escurrido, cuanto más denso y espeso mejor-, el aceite y la sal, y batir un poco más.
Agregar los copos de avena y mezclar. Incorporar la canela molida y las semillas de chía
-al gusto, se pueden sustituir por otras semillas o incluso por frutos
secos picados-. Combinar bien hasta tener una masa homogénea, húmeda
pero maleable.
Formar las galletas tomando porciones con ayuda de un par de cucharillas. Con las manos humedecidas o un tenedor humedecido podemos aplastarlas o darles forma. Si las dejamos más finas nos quedarán más crujientes. No crecen en el horno.
Hornear durante unos 15-20 minutos, hasta que se hayan dorado y empiecen a tostarse un poco, con cuidado de que no se quemen. Dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Con qué acompañar las galletas de avena
Tal y como comentaba al principio, estas galletas de avena y yogur sin azúcar
son muy versátiles a la hora de tomarlas, perfectas para el desayuno o
recargar energías en la merienda. En un recipiente hermético aguantan
bien varios días. Podemos hacer porciones mucho más grandes y planas
para transformarlas en una especie de tortitas que podemos coronar con
queso fresco, un paté vegetal o fruta fresca.
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