«Mira que tengo mala suerte», «Nunca lo
conseguiré», «Sólo me faltaba esto», «otra vez a mí»... Si ese tipo de
frases invaden y acaban conquistando tu mente es que ha llegado el momento de aplicar un nueva perspectiva.
¡Cambia de enfoque! ¿Y si en vez de interpretar cualquier contratiempo
en términos de fracaso lo vieras como un desafío? Ponerse a prueba ya es
ganar. Quienes navegan a vela lo saben: el viento en contra es tal vez
un impedimento, pero no un obstáculo invencible. Cuando las corrientes
de aire vienen a favor, basta con desplegar las velas y aprovechar su
fuerza y, cuando van en la dirección contraria, toca corregir el rumbo y
navegar en zigzag. Se tarda más en llegar al destino, pero se acaba
alcanzando.
Aplica esta receta a la vida y empieza a ver los obstáculos que te
encuentres en el camino como una forma de superarte a ti mismo y de
aprender. Cualquier situación adversa puede, de hecho, convertirse en una enseñanza,
que, como mínimo, te permitirá conocerte mejor: tus límites, tus
fortalezas, tu nivel de resistencia, tu capacidad de entrega... Utilizar
un lenguaje más positivo, poner en práctica la gratitud y tomar con
valentía el timón de tu vida son algunas de las estrategias que te
ayudarán a salir de cualquier espiral de negatividad o de victimismo.
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