11 remedios naturales imprescindibles para las dolencias más comunes
La medicina natural te permite solucionar problemas de salud frecuentes sin efectos secundarios perjudiciales.
La medicina natural ofrece infinidad de recursos para corregir desequilibrios en sus primeras fases, antes de que se conviertan en enfermedades más complicadas de curar.
Muchos de estos recursos son remedios naturales que se pueden utilizar sin riesgo en casa, de forma muy sencilla.
Remedios caseros que te cuidan por dentro y por fuera
Los remedios naturales constituyen una especie de "higiene",
pero una higiene que no se refiere solo a la limpieza externa del
cuerpo, sino también a la interna. Una higiene, por ejemplo, de los
alimentos (que consiste en elegir los mejores alimentos que nos ofrece
la naturaleza), del medio ambiente (pues invita a procurarse un entorno
seguro, sin contaminar) e incluso una higiene de nuestros pensamientos.
Por eso muchos de estos cuidados van dirigidos a estimular los mecanismos de eliminación que limpian el organismo, lo depuran desde dentro y también desde fuera.
1. Refuerza el cabello y la salud con azufre
En cierta manera, los cabellos son el reflejo del equilibrio mineral del cuerpo.
Su fortaleza y vitalidad en muchos casos va ligada a la del organismo
entero. Al mejorar su calidad estamos beneficiando también, por ejemplo,
a la piel y los huesos.
Las deficiencias nutricionales y la anemia son
dos causas habituales de caída o estancamiento del crecimiento del
cabello, porque pueden provocar un retraso en la síntesis de
determinadas proteínas. En este caso, el azufre es un nutriente
especialmente indicado para reforzarlo.
Se encuentra en coles, coliflores, cebollas, ajos, berros… Además, los compuestos azufrados de estos alimentos tienen propiedades desintoxicantes y anticancerígenas.
2. Alcohol quinado para sanar las raíces
Una fricción de alcohol quinado es excelente para fortalecer las raíces.
Macera 50 g de corteza de quina con 30 g de ortigas secas en 750 ml de
ron blanco. Deja que repose al menos 20 días en una botella de vidrio.
Luego añade 2 cucharadas de vinagre de sidra y agita antes de aplicarlo
con un masaje sobre el cuero cabelludo. Puedes realizar el tratamiento
por la noche y lavarte el cabello a la mañana siguiente.
3. Decocción para la caspa y la grasa
Prepara una decocción de 1 a 3 litros de agua con tomillo y hojas de
capuchina (las cantidades dependerán de la abundancia de la cabellera).
Hierve durante unos 10 minutos y deja enfriar. Si quieres, puedes añadir
50 gotas de aceite de árbol del té para aumentar su poder antiséptico.
Se hacen lavados con esta decocción de forma que impregne bien los cabellos y el cuero cabelludo. Deja que actúe un mínimo de 10 minutos.
4. Fricciones con luffa para limpiar la piel
Para favorecer la función eliminadora y desintoxicante de la piel puedes hacerte fricciones con agua fresca y una esponja de luffa. Es un producto natural –es la fibra de las calabazas de las especies Luffa acutangula y Luffa aegyptiaca– que se encuentra fácilmente en herbolarios y en tiendas ecológicas, muy apreciado por la eficacia de su acción exfoliante. También puedes recurrir a un tradicional guante de esparto
Moja la esponja o el guante en agua fresca y fricciona con energía todo el cuerpo,
empezando por los pies y las manos hasta el pecho, el abdomen y la
espalda. Dedica al masaje un total de 3 minutos. Luego descansa en la
cama durante 10 minutos.
5. Aceites vegetales para evitar la piel seca
La hidratación empieza por dentro, ingiriendo una
cantidad suficiente de líquido, adaptada a la temperatura y la humedad
ambientales, y al nivel de actividad física.
Pero además se pueden aplicar sobre la piel aceites o grasas vegetales que impiden que la piel se reseque:
entre los más recomendables se encuentran los aceites de argán,
granada, rosa mosqueta, onagra, aguacate y almendras dulces, o la
manteca de karité. Todos ellos reducen la evaporación de agua, lo que
mantiene la humedad de la piel.
El mejor momento para aplicárselos es después de la ducha. Se les pueden agregar unas gotas de aceite esencial de palo de rosa.
6. Tratar la piel grasa
Cuando la piel, sobre todo de la cara, aparece demasiado lustrosa se
debería, por una parte, reducir las grasas en la alimentación, y usar
aceites vírgenes de primera presión en frío de oliva, lino o sésamo, por
ejemplo, y, por otra, utilizar por fuera lociones astringentes como el agua de rosas.
7. Baños de avena para la piel irritable
La manifestación recurrente de eccemas indica que
debes estimular la fortaleza de la piel. Recuerda que la digestión
permite que fabriquemos nuevo tejido sano. Una dieta rica en frutas,
verduras, cereales integrales y frutos secos resulta óptima para
controlar estos problemas. Recuerda asimismo que la calidad de lo que
comes es la que dará calidad a tu salud y se reflejará en tu piel. Elige
productos cercanos y ecológicos.
Para cuidarte desde fuera, puedes tomar baños que nutren la piel y reducen el picor.
Prepara un buen remedio natural hirviendo 250 g de harina de avena en
2-3 litros de agua durante 5 minutos. Añádelos al agua de la bañera y
permanece en ella durante unos 45 minutos.
Además de aliviar los eccemas, este baño de avena es eficaz ante seborreas, urticarias, dermatitis e irritaciones cutáneas de todo tipo.
8. Salvado contra el estreñimiento
Un tránsito intestinal difícil es quizás el
principal foco de enfermedad relacionado con la digestión, favorece los
problemas circulatorios y aumenta el riesgo de cáncer.
Toma más fibra y, si no lo consigues con la dieta, supleméntala con salvado de trigo o de avena (puedes tomar unas dos cucharadas de salvado al día junto con un vaso de agua).
9. Fibra soluble para el colon irritable
Problemas digestivos como el colon irritable tienen que ver con los
estados de nerviosismo. No obstante, las molestias pueden reducirse al
aumentar el consumo de fibras solubles como la compota de manzana o los preparados con agar agar.
Conviene evitar los alimentos picantes, los salados, los fritos y cualquiera que resulte irritante.
10. Elimina los gases y la pesadez
Reduce los fritos, las legumbres o las coles (si las comes en
exceso), ya que son flatulentos. Para evitar la formación de gases toma
después de las comidas infusiones de anís, badiana, cilantro o hinojo,
que también se pueden incluir como condimentos. Las tisanas de plantas hepáticas (boldo), sedantes (manzanilla), calmantes (malva) o reguladoras (genciana) evitan la pesadez.
11. Romero para el dolor articular
La salud de los huesos se basa en el ejercicio, el sol y la dieta
adecuada. Toma semillas y frutos secos –especialmente el sésamo– a
diario para asegurarte el calcio y el magnesio.
Si sufres dolores articulares, puedes hacerte fricciones con alcohol de romero.
Mezcla un litro de alcohol con 15 ml de aceite esencial de romero y una
pastilla de alcanfor. Este alcohol alivia y favorece la circulación, lo
que resulta clave para la regeneración del tejido.
El uso de otras plantas medicinales, como el harpagofito,
puede ayudar a reducir el consumo de antiinflamatorios (no es
aconsejable tomarlos a diario). Considera también la posibilidad de
recurrir a la acupuntura, una terapia que si se sigue con constancia
ofrece resultados sorprendentes.
Sin duda los productos que nosotros utilizamos para la piel y organismo, son comparables a los químicos.
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