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sábado, 30 de junio de 2018


HUEVO, alimento redondo




Desde que las gallinas empezaron a ser domesticadas, en la época de los griegos y los romanos, los huevos se han convertido en un alimento básico e indispensable. Aunque hasta hace poco el huevo arrastraba una injustificada mala fama, los expertos han conseguido situarlo en el lugar que le pertenece. Al contener los ocho aminoácidos esenciales en proporciones más que considerables, este alimento actúa como un patrón de referencia en cuanto a proteínas se refiere. Para que te hagas una idea, sus proteínas son, incluso, más completas que las de la carne, el pescado y los lácteos.
Rico en minerales que estimulan las defensas –zinc, selenio, hierro-, el huevo es una buena fuente animal de vitaminas A y E, dos componentes de importante acción antioxidante que son capaces de prevenir las cataratas y un gran número de enfermedades degenerativas. También destaca por su contenido en vitamina D, un nutriente que mejora la asimilación del calcio.
Debido a su contenido en lecitina y en colina –el huevo es la mayor fuente de este último componente-, este alimento favorece el desarrollo mental, mejora la función cognitiva y previene la pérdida de memoria.
Si bien es cierto que el huevo contiene dosis elevadas de colesterol, la proporción de grasas ―buenas‖ supera a las ―malas‖, especialmente si se toman en consideración los huevos enriquecidos con Omega 3. Así pues, las personas con colesterol no deberían eliminarlos de su dieta, sino limitar su consumo a 2 ó 3 huevos a la semana. Recuerda, además, que la clara –la parte donde se encuentra las proteínas-, está libre de colesterol. Consérvalos con el extremo puntiagudo hacia abajo, así, la yema se mantiene más alejada de la bolsa de aire situada en el otro extremo.


Fuente: Dolores Manríquez Martínez. 13 consejos

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