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sábado, 29 de diciembre de 2018

MEJORAR MODO DE VIDA

Para mejorar tu vida, deja de intentar arreglarla

La peor manera de afrontar una situación de mejora vital es creer que tienes que emplear tu energía en arreglar lo que está mal

En serio, no hay nada más deprimente y desmoralizador que enfocarnos permanentemente en “reparar” lo que consideramos incorrecto, malo, feo, desastroso.
La mayoría de nosotros, cuando nos sentimos disgustados o insatisfechos con nuestra realidad en lo primero que nos fijamos es en los problemas y en proponernos soluciones para eliminarlos de en medio. Decimos cosas como las siguientes:
  • “Me sobran diez kilos, tengo que perder peso como sea”
  • “Tengo que dejar de fumar ya”
  • “Tengo que organizarme mejor porque no llego a nada”
  • “Tengo que arreglar las cosas con mi pareja porque nos tiramos los trastos a la cabeza”
  • “Mi vida no tiene sentido y tengo que encontrar una vocación para que lo tenga”
  • “Soy malísimo para el inglés y tengo que solucionarlo cuanto antes”.
Este enfoque de querer reparar lo que está roto o lo que está mal nos somete, en realidad, a una sutil vergüenza y nos hace muy difícil y costoso el camino del cambio…
El otro día me di cuenta de esto mientras veía un vídeo de Tonya Leigh en el que contaba cómo pasó largos años de su vida “luchando” por cambiar las cosas que consideraba equivocadas (su peso, su forma de vestir, su trabajo, su actitud excesivamente tímida, su falta de intereses) y además sintiéndose fracasada cuando veía que no podía corregir del todo ciertos comportamientos.
Y llegó un momento en que se dio cuenta de su error y se rindió. Decidió no pasar más tiempo arreglando todas esas cosas que iban mal, decidió dejar de considerarse que estaba rota y que todo era un desastre y entonces se propuso encarar la mejora de su vida desde una posición distinta…
¿Imaginas qué puede ser?
La manera saludable y excitante de mejorar tu vida
Aquí está la respuesta: en vez de pensar obsesivamente en todo eso que va mal y que tienes que corregir para ser una persona digna o feliz ¿por qué no te enfocas más bien en lo que SÍ te gustaría ser y te gustaría crear?
Y empiezas a trabajar desde ahí, invirtiendo tu tiempo, tu energía, tu dinero no en solucionar tus problemas sino en convertirte en la persona que quieres ser y diseñar una vida que merezca la pena.
Parece un cambio de actitud sutil pero te aseguro que es enorme…
Quiero que lo apliques a tu propio caso: por un momento, olvídate de tus problemas y las limitaciones de tu personalidad (que si eres inseguro, envidioso, tiendes a culpabilizarte, procrastinas, no sabes lo que quieres, te pones furioso a la mínima, etc.) y plantéate estas preguntas:
  • ¿Quién quieres SER? (no qué quieres no ser sino quien SÍ quieres ser…)
  • ¿Cómo te gustaría que fuera tu vida? (en vez de darle vueltas obsesivamente a lo que NO te gusta y tienes que cambiar)
  • ¿Qué deseas crear? ¿Qué hábitos quieres implantar, qué rutinas te harían feliz, cómo te gustaría sentirte al final del día, cómo visualizas tu día ideal?
 En definitiva, la manera correcta de mejorar tu vida consiste en dirigir tu atención a pensar y realizar cosas alegres, estimulantes, creativas en vez de obligarte todo el rato a corregir un comportamiento que no te gusta.
Como dice Tonya Leigh:
Si no te enfocaras en “arreglarte” a ti mism@, ¿qué estarías creando?
Imagínate que en vez de tener todo el rato en la cabeza la idea de que tienes que perder peso porque tu figura es desastrosa pensaras en que quieres tener un cuerpo fuerte, flexible y atractivo para disfrutar más de la vida. Solamente leer esta frase, en vez de la primera, te ha tenido que dejar con una sensación de mayor ligereza en el pecho ¿verdad?
O en vez de pensar todo el rato que tu rutina te oprime, que decidiste mal el trabajo a desempeñar, que tu ciudad es un asco o lo que sea, sales de repente a un balcón pitillo en mano y te dices: ¿y cómo puedo poner más diversión, más magia, más excitación o más belleza en mi vida cotidiana?
O en vez de querer corregir todo el rato tus defectos, imagínate que decides potenciar tus virtudes. Decides dedicar más tiempo a esas aficiones que se te dan bien, a hacer cosas que te hacen feliz y debido a eso eres más amable con los demás sin que te lo hayas propuesto expresamente…
Cuando actuamos todo el rato desde el enfoque de querer “reparar algo que es incorrecto” lo hacemos desde el miedo y la carencia, también desde el reproche. Son estos sentimientos taaaan densos que no es de extrañar que la mejora personal nos parezca algo duro y difícil.
Sin embargo, si desde el inicio ponemos la atención en lo que deseamos, lo que nos traería gozo y plenitud, en crear una vida que merezca la pena, la cosa cambia… Nos inundamos entonces de ilusión, excitación, tenemos ganas de ponernos a la tarea y además la paciencia necesaria para hacerloporque sentimos que el camino merece mucho la pena.
 Reflexión final
Dirige tus esfuerzos no a todo eso que NO quieres en tu vida sino… a aquello que SÍ quieres. Y en este punto puede que te des cuenta que no sabes muy bien qué es lo que quieres. Es normal, no te preocupes, te has pasado tanto tiempo intentando reparar lo que estaba equivocado que nunca te has dado espacio para soñar, para imaginar una visión de futuro brillante que te motive a caminar.
Ahora es el momento de hacerlo y para eso tienes que responder a estas tres cuestiones
  1. ¿Qué tipo de persona quieres ser?
  2. ¿Cómo actúa, cómo vive, cómo piensa, cómo habla, cómo se desenvuelve esa persona?
  3. ¿Qué acciones concretas te llevarán a ese punto?
Por último, comprometerte a dar cada día pequeños pasos en dirección de crear esa vida que has imaginado.
Ocurre además una cosa: que cuando te enfocas en alinearte con tus verdaderos deseos en vez de en arreglar problemas varios, esas dificultades que tanto te angustiaban se acaban esfumando… Tu vida te va pareciendo cada vez más interesante, más bella y más rica, y eso te lleva a comer mejor, moverte más, ser más extrovertido y alegre, hacer más cosas interesantes, descubrir nuevas pasiones (alguna de las cuales puede constituir un futuro trabajo) y relacionarte con más afecto y compasión hacia los que te rodean.

¿No crees que este enfoque merece mucho la pena?

Crear, no arreglar, siempre.

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