Aclimatación de la piel con el cambio de estación
Sin darnos cuenta el verano se ha ido y el otoño ya está aquí de
nuevo. Después del calor, la ropa fresca y las largas horas de relax
bajo el sol y dentro del agua, debemos pasar de nuevo a la rutina, la
ropa normal y dejar de lado el sol. El otoño es una época de transición
en la que el clima cambia y con él nuestro cuerpo para adaptarse a la
nueva situación. Este cambio lo sufre la piel de gran manera, por ello queremos dar algunos consejos para evitar que este cambio sea demasiado traumático.
En otoño el frío entra en escena, y con él el uso de prendas de
vestir más gruesas, al igual que en muchos lugares se procede al
encendido de las calefacciones, lo que propicia que el ambiente sea mucho más seco y pueda afectar más a nuestra piel.
Lo mismo sucede con la ropa, que al ser más gruesa muchas veces produce
roces en nuestra piel y posibles problemas que debemos hacer frente
como sea, y para ello la prevención es la mejor solución.
Mantener la hidratación
En primer lugar, e igual que sucede cuando el calor más aprieta, el cuerpo necesita una correcta hidratación,
y la piel más debido a la sequedad del ambiente a causa del frío y del
uso de calefacciones que resecan el entorno que nos rodea. Por ello es
necesario que ingiramos como mínimo dos litros de agua diarios
consumidos a pequeños tragos de manera habitual, al igual que es muy
importante que hidratemos desde fuera nuestra piel con crema hidratante.
Aclimatar la piel
El paso del verano al otoño puede representar todo un trauma para la piel, por ello es necesario que la aclimatemos mediante el uso de exfoliantes y cremas relajantes
que la dejen en perfectas condiciones para enfrentarse a la nueva
estación. Realizar una exfoliación semanal del cuerpo será algo de mucha
utilidad para eliminar células muertas acumuladas en la piel a lo largo
del verano, y así facilitar la hidratación de la piel. No es
recomendable abusar de estos tratamientos, ya que los problemas de
sensibilidad y de efectos secundarios en la piel pueden hacer acto de
presencia.
La alimentación
Seguir una alimentación sana en la que las vitaminas
estén presentes es esencial. Es cierto que en otoño no nos apetece
consumir tanta fruta ni tanta verdura como sucede en verano, pero es
necesario a la hora de mantener una correcta salud general y de lucir
una piel radiante y luminosa. Es importante que dotemos al organismo de
vitaminas, sobre todo la vitamina A y las del grupo B que nos ayudarán a
conseguir una perfecta salud cutánea.
Afecciones en la piel
En otoño, al disminuir las horas de sol y de apenas exponernos a éste, se agravan algunas afecciones de la piel
como el acné o la psoriasis. En estos casos es necesario que prestemos
especial atención a la higiene de la piel, para evitar problemas
derivados de estos trastornos. Podemos utilizar preparados caseros para
su mejora, pero en el caso de agravarse seriamente es importante acudir
al dermatólogo para que nos mejore el tratamiento o que simplemente lo
adapte a la época del año en la que estamos.
Es importante que alejemos de nuestra vida los excesos como el alcohol o el tabaco,
ya que estas sustancias reducen enormemente la hidratación de la piel,
evitando que ésta luzca flexible y sana. Por ello es mejor alejar estos
vicios de nuestra vida cotidiana, ya que de lo contrario el
aceleramiento del envejecimiento será visible y el empeoramiento del
estado de la piel se agravará con el cambio de las estaciones a lo largo
del año.
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