LA JARDINERÍA, UNA BUENA RECETA ANTI-ESTRÉS.
La jardinería como terapia anti-estrés y pro-alegría es una de
las tendencias de este nuevo siglo, sobre todo para quien vive en las
grandes ciudades y está sometido a la contaminación y a una vida sin
duda “estresante” y un poquito “depre”. Yo no se si lo hago como terapia
o porque heredé “las manos” de mi abuela con las plantas, pero en casa
tengo más de 50 macetas (unas más grandes que otras) y la verdad es que
cuidarlas me hace inmensamente feliz: nunca imaginé que un brote nuevo o
unas flores inesperadas pudieran alegrar tanto un corazón.
Cuidar las plantas alegra el corazón
Objetivamente, ocuparse de un trozo de tierra en el jardín, la
terraza, el balcón o en varias macetas de interior, es, de alguna
manera, una forma de meditación y nos sirve para renovar energías. Dar
vida vegetal y ayudarla a crecer nos hace sentir bien, ya que centramos
nuestros esfuerzos en algo productivo y a la vez desconectamos la mente
de lo demás, de los problemas, de la tristeza.
De hecho, no lo dice Victoria, ¡esto está en boca de todos! Ya en el
siglo XIX Benjamin Rush, considerado el padre de la psiquiatría
americana, declaró que cuidar plantas tenía un efecto curativo en las personas con problemas de tipo nervioso y mental. Y actualmente numerosas investigaciones sobre el tema han demostrado que tener una relación directa con la naturaleza ayuda a reducir el estrés e incluso la depresión.
Beneficios reales de la jardinería
(Y entendamos por jardinería el tratamiento de un jardín o de las macetas de casa)
- Mejora tu satisfacción con la vida, y es que es difícil no disfrutar de la vida cuando estás rodeado de verde y flores.
- Disminuye el riesgo de osteoporosis, probablemente esto tiene que ver con el hecho de que la jardinería es algo parecido a un entrenamiento con pesas, entre arrancar malas hierbas, cavar hoyos, cargar cosas un poco pesadas (tierra, macetas)… al final se hace ejercicio.
- Mejora la salud cerebral. Personas con demencia y ansiedad han logrado calmar su agitación, llegando a tener mejores patrones de sueño y más calidad de descanso.
- Alivia la tensión, la depresión y el estrés. La vista, los olores, y sonidos de un jardín promueven la relajación y reducen el estrés, #esoesasí.
- Una mejor y más deliciosa nutrición. Si tienes un huerto, árboles frutales o un jardín de plantas aromáticas lo notarás. Las frutas y verduras que haces crecer tú mismo son la comida más fresca que puedes conseguir.
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