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sábado, 3 de noviembre de 2018

Ejercicio de sanación interior

Yo cogí una fotografía de cuando tenía siete u ocho años, la miré durante unos instantes y pensé que le diría a la niña que fuí. Observé la inocencia de sus ojos, la sonrisa alegre, ingenua... Después mi mente se deslizó por el tiempo y recordé a una jovencita ilusionada, llena de sueños con la mirada chispeante de la adolescencia. Seguí paseando por mi memoria y aún no sabía que decirme, solo lloraba. Así, desde esa fotografía llegué hasta mis años y me dí cuenta que esa niña aún seguía escondida en algún rincón de esta adulta, esperando...

Por fín encontré las palabras, el mensaje para  esa niña de la fotografía.  Y volví a mirarla con los ojos llenos de lágrimas para decirle: "Despierta, y vive!!"

Anyma.

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