Hay
una serie de señales que podemos observar que nos dicen que estamos
en una relación kármica.
Es
probable que la relación se active una y otra vez. No importa
cuántas veces fallemos, todavía nos sentimos atrapados en la
relación.
Se
ponen primero, y nosotros también. En lugar de trabajar como socios,
la relación se basa en las necesidades egoístas de dos personas.
No
podemos tener suficiente de ellos. Como una droga, sabemos que son
malas para nosotros, pero seguimos volviendo a ellas.
Sacamos
lo peor el uno del otro. Ambas parejas se ponen celosas y controlan,
alumbrando los peores defectos del otro presionando los botones del
otro.
Son
todos altibajos. Hay muy poca estabilidad en una relación kármica,
y nos encontramos discutiendo demasiado.
La
relación genera codependencia. Esto hace que sea muy difícil salir
de una relación kármica.
Hay
una pasión intensa A veces sentimos como si solo saliéramos del
dormitorio para tener suficiente aire como para discutir sobre otra
cosa.
Como
podemos ver, las relaciones kármicas son apenas un paseo por el
parque. Entonces, ¿cuál es el propósito de una relación kármica?
¿Por qué tenemos relaciones kármicas?
Sería
fácil observar los signos y las propiedades de una relación kármica
y concluir que son más problemas de los que merecen.
Pero
el propósito de una relación kármica no es darte felicidad en el
corto plazo. Es para prepararte para la felicidad a largo plazo.
Dentro
de la relación kármica, aprendemos sobre nosotros mismos.
Aprendemos acerca de nuestros defectos y nuestros traumas haciendo
que nuestro socio kármico nos traiga al frente.
Con
este nuevo conocimiento sobre nuestras deficiencias, podemos comenzar
a solucionarlos.
Este
es un ejemplo de cómo las relaciones kármicas estimulan el
crecimiento espiritual.
Terminando una relación kármica
Hay
muchas razones por las que podemos terminar una relación kármica.
A
veces puede ser porque están siendo abusivos, lo cual es muy común.
Las
personas a veces se quedan en una relación abusiva por una variedad
de razones, pero siempre se debe evitar una relación abusiva si es
posible.
El
resto del tiempo, generalmente es porque se esfuma. De repente, la
pasión se va, el fuego en nuestro corazón y vientre se disipa.
Este
es el final natural de la relación kármica. Señala que hemos
aprendido todo lo que podemos de esta relación y que debemos seguir
adelante con nuestras vidas.
A
partir de ahí debemos tomar las lecciones kármicas que hemos
aprendido y trabajar para sanar nuestras heridas. Emergeremos del
otro lado como personas mejores, más espirituales y más
evolucionadas.
A
pesar de todos los problemas, todos los problemas y todo el dolor,
eso es lo que le da tanto valor a la relación kármica.
FUENTE:
Lamentesuperior.com
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