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sábado, 27 de octubre de 2018

PROYECTOS

          PROYECTOS APASIONANTES: 3 MUJERES QUE ENCONTRARON SU PASIÓN DESPUÉS DE LOS 50


PROYECTOS APASIONANTES: 3 MUJERES QUE ENCONTRARON SU PASIÓN DESPUÉS DE LOS 50


¿Siempre has soñado con tener tu propio negocio o probar una actividad “temeraria”, pero te falta confianza para hacerlo? Esta historia nos resulta familiar, ¡pero es hora de cambiarla!


Si siempre te ha faltado un empujoncito, no lo dejes más. Ya está bien de sacrificar las cosas que realmente queremos por tener una pizquita de miedo. ¡Lee estas tres historias y encuentra la inspiración!

“Aprender a navegar me ayudó a superar mi divorcio”. Carolina, 56 años.
"Como pareja siempre habíamos hablado de aprender a navegar juntos y recorrer las islas griegas en un barco, pero por supuesto… eso nunca pasó. Cuando nos divorciamos después de 33 años juntos, decidí que si no aprendía a navegar ahora, sería uno más de mis sueños que terminó con nuestro matrimonio. Quería demostrarme a mí misma que podía hacer estas cosas por mi cuenta así que busqué en Google y descubrí que cerca de mi casa impartían cursos para principiantes, así que me apunté. Cuando llegué, todo eran menores de 25 años, un hombre de mediana edad y yo, y pensé: “¿qué estoy haciendo aquí?”, pero luego me di cuenta de que la edad era una tontería, yo estaba allí para hacer algo que me apasionaba, ¡así que me dije “adelante”! Ahora tengo mi nivel uno y dos calificaciones de navegación. No diría que soy una experta, pero… cuando has estado en una relación toda tu vida adulta, estas cosas te ayudan a darte cuenta de que puedes alcanzar tus sueños por tu cuenta, que solo tienes que trabajar duro y ser valiente. Desde que empecé a navegar, también me atreví a nadar en aguas profundas, ¡y hasta me he planteado escalar la montaña más alta de Inglaterra!
Consejo TOP
Si estás probando un nuevo deporte, asegúrate de tener todo lo que necesitas, ya que te hará sentir más segura, que tienes el control. Pídele consejo a alguien que ya lo haya probado y consigue el kit adecuado, ¡ah! Y no te olvides de las pequeñas cosas, como usar ropa interior cómoda o cambiarte a Kukident si llevas prótesis dental, ¡su poder de fijación es 10 veces más fuerte!

"Pasé de ser investigadora de mercado a granjera de avestruces". Jaqueline, 56.
"Comencé a trabajar en una compañía de investigación de mercado en 1986. Hasta 2014 me ocupé de los asuntos globales de grandes clientes internacionales, administré grandes equipos y crecí dentro de la empresa, pero sabía que era hora de probar algo diferente… Tenía 30 años de experiencia y empecé a sentirme estancada. Decidí que podía probar algo más, y si no funcionaba… ¡siempre podría volver! Me casé con mi marido en 2013, y él tenía un negocio propio y algo diferente: ¡una granja de avestruces! Durante un par de años seguí en mi antiguo trabajo, pero empecé a ayudarle en las ferias los fines de semana, donde vendía carne y yo hacía algunas ventas y documentos. Al final decidí alejarme de mi trabajo (bien remunerado y con las pensiones y todos los beneficios que provienen de estar en una gran compañía) para trabajar en la granja, y aquí no hay dos días iguales, ¡el trabajo cambia según la temporada!
Procesamos toda la carne y hacemos las salchichas y las hamburguesas, y luego durante todo el verano estamos presentes en mercados y espectáculos; a la gente le encanta darnos su opinión y aportar. Cuando trabajas en una gran organización no obtienes esa retroalimentación, y en administración solo estás involucrado en el último cinco por ciento de un proyecto, mientras que con esto estoy involucrada en la producción al 100 %. Mi marido pensaba que tardaría alrededor de un año en hacer otra vez algún trabajo de consultoría, pero nunca sentí la necesidad de volver. A medida que te haces más mayor llega el momento de empezar a pensar en ti misma.

"Encontré la felicidad preparando el desayuno". Susana, 55.
"En mi juventud, mi sueño era regentar un B&B (Bed&Breakfast). Siempre pensé que sería una buena idea, pero nunca creí que realmente llegaría a hacerlo algún día. Siempre trabajé para grandes compañías, y durante los últimos tres años fui asistente de la estación de trenes de mi ciudad, Granada. Era un rol de servicio al cliente, pero nunca tuve el poder de cambiar nada y la verdad es que no tenía paciencia para tratar con los adolescentes problemáticos que se pasaban el rato en la estación… Cuando cumplí los 55 me di cuenta de que tenía que hacer algo diferente. Por suerte, un amigo me habló de la oportunidad de comprar una casa de huéspedes que salía a la venta, ¡y me lancé! La casa tiene cuatro habitaciones y cada día preparo los desayunos y lo hago todo, desde los huevos Benedict hasta el servicio de habitaciones. Al principio ha sido un pelín duro, nunca había hecho algo así antes y he tenido que aprender rápidamente cómo gestionar las tarjetas de crédito, llevar las redes sociales y administrar un sitio web… ¡la primera mañana me di cuenta de que ni siquiera sabía cómo encender el horno! Ahora, una vez adaptada, sí que lo disfruto y estoy muy contenta de haber aceptado el desafío. ¡Ya no tengo pesadillas sobre huevos escalfados demasiado cocidos!".

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