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miércoles, 24 de octubre de 2018

PALABRAS.....

LAS PALABRAS QUE TE SIENTAN BIEN (A TI Y A LOS DEMÁS)   LAS PALABRAS QUE TE SIENTAN BIEN (A TI Y A                LOS DEMÁS)




A veces algunos trucos para mejorar la vida están a la vista de todos… o mejor dicho: en la punta de la lengua. Muy a menudo, me encuentro dando rienda suelta a mi frustración (con mis amigas o yo sola en mi cabeza) porque el diálogo en mi familia se ha reducido tanto que ahora se compone de monosílabos… ¿dónde quedó el decirse cosas bonitas? ¡Hay que recuperar las buenas costumbres!
Si el diálogo es importante en una pareja, lo es más en el ámbito familiar. A través de la comunicación establecemos contacto con nuestros hijos, nuestros nietos, nuestra pareja (incluso el perro), y transmitimos nuestros pensamientos y sentimientos.
En este sentido, todos, por muy distintos que seamos, queremos ser escuchados, comprendidos y tenidos en cuenta, y no vale solo con decir las cosas, lo importante es “CÓMO” las decimos.

EL SECRETO ESTÁ EN CÓMO DECIMOS LAS COSAS

Frases apenas esbozadas, sin acabar, faltas de atención, palabras que se convierten en órdenes… El caso es que hay momentos en los que perdemos el juego divertido y afectuoso típico de esa pequeña y valiosísima comunidad que es la familia, esa comunicación que alimenta ese léxico familiar tan importante. 
En mi casa será la falta de tiempo, el cansancio, los problemas que lo eclipsan todo, las cosas inútiles que nos distraen. Probablemente, soy yo la primera que desencadena este mecanismo (las mujeres, se sabe, somos el director general de nuestras familias), así que, visto el problema, he decidido cambiar de rumbo y darle la vuelta a mi mundo. 

LO DICEN LOS ESTUDIOS


Navegando por Internet, he encontrado un análisis casi científico de este tipo de problemas, y trata esta situación de una forma mucho más sencilla de lo que creía: el quid de la cuestión es recuperar y utilizar en nuestra vida cotidiana palabras o frases que parecen pasadas de moda o dadas por sentadas, sobre todo entre personas que mantienen una relación tan íntima como las familias, y a veces también entre amigos. Me he hecho una pequeña lista. No hay nada más fácil que decir:


“Por favor”
"gracias"
"de nada"
"¿puedo ayudarte?”
“¿puedo hacer algo por ti?"

"buenas noches"


Y también:

  • "¿puedes echarme una mano?"
  • "estoy desbordada”
  • "ahora no puedo"
  • -o simplemente "no"
 Sin olvidar:
  • "perdona"
  • “lo siento”
  • "muchas gracias por…"
  • "¡qué bien!" 
¿Verdad que suena mucho mejor que soltar un "vale"?

PROBÁNDOLO EN CASA

Pensando en esto, llegué a la conclusión de que lo único que podía hacer era intentarlo y ver lo que sucedía. No os lo vais a creer, pero haber perdido ese aire de superwoman (¡a veces un poco enfadada!) y dirigirme a mis seres queridos con una sonrisa y una frase en la que admitía mi cansancio o mostraba mi gratitud por algo que habían hecho ha sido como usar la varita mágica. 
Mis hijos, por turno, todas las noches se ofrecen a ir a tirar la bolsa de la basura, o mejor, ¡las bolsas!, ya que reciclar para ellos siempre ha sido inútil y aburrido... Y mi marido incluso ha vuelto a darme un beso de buenas noches. 

EL PODER DE LAS SONRISAS Y DE LA GRATITUD

Casi todos hemos olvidado que las sonrisas son como un “virus bueno” que se contagia y alivia tensiones. Cuando le sonreímos a otro, le estamos diciendo muchas cosas: que nos gusta que comparta el espacio con nosotros, que nos cae bien, que le queremos, que hay conexión. La otra persona, por su parte, lo decodifica y también sonríe: es justo en ese momento cuando los pensamientos negativos quedan a un lado quedan a un lado y las cosas en casa fluyen. Lo mismo pasa con la gratitud. Dar las GRACIAS es una herramienta poderosa para crear una familia feliz, cuando la decimos estamos reconociendo el trabajo, la ayuda, el tiempo y la importancia que pueda tener lo que otra persona hace por nosotros. ¡Es una manera de dar! Así que… que no se nos olvide nunca en casa tener tiempo para decir “Gracias”, “Por favor”, “Lo siento” y sonreír… además de abrazar, ¡los abrazos también son mágicos! Acortan la distancia entre las personas.

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