El peligroso poder de las expectativas
“No
esperes nada de nadie, espéralo todo de ti”. Es
posible que esta afirmación te haya parecido algo contundente. No
obstante, estamos seguros de que te habrás identificado en alguna
situación en que esta idea describe muy bien lo ocurrido. Las
personas creamos expectativas diariamente y en cada momento,
y dentro de estas expectativas, se inscribe además cierta ilusión.
Puedes
crearte unas expectativas muy concretas sobre tu pareja:
que siempre estará contigo y serás siempre su mayor prioridad. Sin
embargo, están a punto de llegar las vacaciones y te comunica, por
ejemplo, que
quiere ir a un viaje con sus amigos. Una parte de ti no puede evitar
sufrir una gran decepción, una pequeña parte de tus expectativas se
han fragmentado y no sabes cómo afrontarlo.
¿Significa
esto que tu pareja no te quiere? En absoluto. Se trata simplemente,
de que tú mismo te habías construido unos esquemas demasiado
idealistas. En este caso el riesgo está en esa expectativa en la que se había instalado una anticipación., y además, se habían predicho acontecimientos futuros que ahora
empiezan a fallar.
Las
personas tenemos una tendencia casi natural a anticipar hechos y
atribuir suposiciones sobre los demás a través del “yo espero”,
“yo deseo”. Y cuando
algo falla aparece la desilusión y sobre todo la decepción. ¿Y
sabes en qué se inscribe y de qué se alimenta la decepción la
mayoría de las veces? De expectativas muy concretas y esperanzas en
las que habíamos instalado una “certeza” demasiado elevada.
Nunca des nada por sentado, la decepción será menor siempre y cuando evites las altas expectativas y los apegos exagerados ,y a su vez, seas capaz de ofrecer libertad a los demás. Espéralo todo de ti, tú eres el artífice de tu propia vida.
Texto sacado de: Lamentesmaravillosa.com
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