Me quejo demasiado
La queja, un tema importante. Todos nos hemos quejado alguna vez, y
creo que de forma puntual es algo que puede dar cierto alivio. Otra cosa
es la queja continua en prácticamente cualquier situación, si es así,
hay un problema.
Ver fallos en todo significa que hay una insatisfacción permanente,
como si nunca coincidiese lo que tú crees que debería ser con la
realidad. Comportamiento que lógicamente conlleva mucha frustración y
poco goce.
Las
personas que suelen ser quejicas tienen una visión sesgada de la vida: o
es como yo quiero o como creo que tendría que ser o es nefasto.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Cambiar lo de dentro, nuestro modo de ver las cosas y no empeñarnos en cambiar todo lo de fuera.
Una manera de hacerlo, por ejemplo, sería: en lugar de quejarse y decir
los “peros”, valora lo que sí hay y piensa si se puede mejorar la
situación. Si es que sí, adelante; si no, la aceptamos tal cual, sea
como sea.
Quejarse nos hace débiles, hacemos de aquello que falta, o que no es como pensamos, algo importante, terribilizamos. En
cambio, si nos convencemos de que no es terrible, solo desagradable, o
ni eso, y si asumimos que las cosas son como son y nos desprendemos de
la necesidad de perfección, parece que esa losa se vuelve pluma.
Piénsalo, esa queja ¿mejora en algo la situación? ¿Hace
que algo cambie? Seguramente no, entonces conviértelo en algo que
puedes mejorar o disfrútalo. Renuncia a la perfección, aprende a ser
feliz con esos pequeños inconvenientes. Transforma la queja en gracias, verás qué resultados tan diferentes.
a mí personalmente quejarme me desahoga siempre dentro de unos límites y no or tonterias
ResponderEliminarSANTANDER