No sólo el cuerpo se cansa, existe otro cansancio mucho más profundo,
mucho más extenuante y limitador que el físico, es el cansancio del
alma.
El
alma no se agota por usarla, el alma se cansa de recoger pedazos
rotos del corazón, de clavarse astillas de desilusión, de rozarse
con vientos de indiferencia. Se cansa de esperar inútiles, de sueños
imposibles, de amaneceres solitarios, de esperanzas sin fundamento,
de palabras ambiguas, de emociones de saldo.
Sí,
el alma también se cansa, y se rompe.
¿Sabes
el ruído que hace un cuerpo al romperse? Ninguno, silencio absoluto; por eso impresiona.
Cuando el alma se rompe, lo hace en silencio pero los suspiros son una muestra de que ya se está resquebrajando.
Anyma
Y como se recompone?
ResponderEliminarTambién en silencio.
ResponderEliminarEl tiempo lo cura todo
Es muy difícil
ResponderEliminarSí que lo es pero se cura y te haces más fuerte
ResponderEliminarYo mi alma la tengo dolorida de tanto sufrir y ojala no llegue a partirse
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