VIVIR CON TU PROPIA PIEL
No
pienses tanto las cosas, no le des tantas vueltas a las situaciones
haciendo un mundo de un grano de arena; no quieras adivinar la
opinión de los demás ante la consumación de cualquier hecho que
implique un poco o un mucho de tu corazón. No temas al que alza la
voz convirtiéndola en escudo de su cobardía. No te sientas inferior
al que levanta la cabeza por encima de ti, será en lo único que
podrá superarte. No finjas situaciones ni personajes que solo
pertenecen al mundo de los cuentos. No te cuestiones el poder del
sentimiento, no te despojes de la sonrisa humilde, generosa, amiga...
No escondas tus lágrimas de la luz, no cierres tus ojos a la
evidencia, ni tapes tus oídos a la música del alma. El otro es un
ser igual que tu, con las mismas debilidades, las mismas grandezas,
las mismas miserias, pero tú..., tú has aprendido a andar descalzo
y disfrutar del contacto de la arena bajo los pies. No lo estropees,
no hay nada que merezca más la pena que vivir con tu propia piel.
Anyma
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