1. Mantenemos la piel hidratada y sin impurezas
Cuando consumimos demasiada sal, nuestro organismo necesita más agua para equilibrar los líquidos de nuestro organismo. Por este motivo, una de las partes que sufre las consecuencias es la piel, que presenta deshidratación.
2. Nos sentimos con más energía
El exceso de sal perjudica a la función de los riñones. Estos órganos, cuando se sobrecargan o debilitan, causan una falta de energía que puede llegar a ser crónica si no mejoramos nuestros hábitos.
3. Prevenimos la hinchazón
La acumulación de líquidos es frecuente en la zona de las piernas, los pies y el vientre, sobre todo. Esto nos hace ganar volumen, sentirnos pesados, molestos y, en algunos casos, también doloridos. La circulación se resiente en gran medida.
4. Adelgazamos con más facilidad
Si estás intentando adelgazar o quieres mantener un buen peso sin pasar hambre, te recomendamos que reduzcas el consumo de sal. El abuso de este producto favorece la retención de líquidos y dificulta la función depurativa de nuestro organismo.
5. Prevenimos trastornos cardiovasculares
Las personas que sufren hipertensión ya saben que deben usar poca sal o bien eliminarla por completo de su dieta.
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