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domingo, 24 de junio de 2018


LA MARIPOSA BLANCA



La mañana continúa su ritmo tedioso, a veces tengo que salir fuera de 
aquél reducido espacio porque necesito respirar, reservar mis oídos de 
aquel tumulto de voces incesantes. Me pierdo entre las baldosas y el 
verde del exterior con pasos lentos llenos de humo. Observo el paisaje 
cotidiano: el mismo cielo, los mismos árboles, el mismo suelo, la misma 
gente... intento pasar desapercibida y permanecer en soledad; tres, 
cuatro, cinco minutos... para mí suficiente. Una mariposa blanca 
revolotea a mi alrededor, lleva días siguiéndome; como una florecilla 
que zarandeada por el viento no encuentra suelo donde posarse. La llamo 
con la mirada: Ven aquí, ven, y se posa sobre mi pecho dejando 
descansar sus alas por un instante. Y la envío dirección norte como 
paloma mensajera. Movió sus alas y se fue en un suspiro y con un 
suspiro. Aún no sé si llegó a su destino.


Anyma

3 comentarios:

  1. Que bonito escribes pescaito

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  2. Yo estoy rodeada de mariposas últimamente y me relaja mucho

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  3. Las mariposas blancas también nos dan tranquilidad a nosotras, no os imagináis la de mariposas blancas que se nos cruzan cuando hacemos los vídeos.

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