El ciclo lunar es parte de los ritmos de la vida pero a menos que estemos atentos, no somos conscientes de ello. Si queremos llegar a ser conscientes tenemos que vibrar con los ritmos, y no al revés.
El
ciclo lunar constituye el modelo básico de todo ciclo planetario en
donde con cada conjunción celeste algo nace, crece, llega a su
plenitud, se corrompe y muere.
La
generación corresponde al ciclo creciente y la corrupción al
decreciente, es por eso que, de un modo muy general los primeros 14
días en que la Luna crece son llamados la quincena “clara” y son
aptos para comenzar todo tipo de actividad en la que se necesite
hacer crecer, fomentar, agrandar, producir y la segunda mitad del
ciclo lunar –a
partir de la Luna llena, desde donde comenzará a decrecer– es
llamada la quincena “oscura” y va a ser apta para hacer cosas en
dónde se necesite menguar, reducir, cortar o terminar.
Así
que, después de la Luna llena, lo mejor es no esforzarse. En su
lugar, tenemos que recoger toda la energía que hemos puesto hasta
ahora en los las dos primeras semanas. La tercera y cuarta fase del
ciclo lunar no son tiempos adecuados para sembrar, sino más bien
para cosechar y para separar “la
paja del trigo”.
Tradicionalmente, después de la Luna Llena es un buen momento para tomar decisiones ya que es un momento receptivo y no para dar
Seis
reglas sencillas para hacer negocios, comprar, vender, o firmar un
contrato:
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Las horas óptimas son entre las 10.30 am y las 12.30 pm, pues el Sol se encuentra elevado en el cielo, análogo a la casa X, que representa el éxito, el prestigio, los honores y el logro de las metas.
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Los períodos entre la Luna Nueva y la Llena son prometedores para nuevos proyectos. Este es el período óptimo para hacer ajustes a lo ya iniciado.
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La Luna Llena favorece las ventas, los planes, la reorganización, las fusiones de empresas y las conferencias, las fiestas y las reuniones sociales.
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Con la Luna Nueva aún es muy temprano para tomar decisiones importantes y hacer negociaciones. Deberemos esperar, por lo menos, dos días.
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La Luna Creciente es favorable para la firma de contratos, registro de empresas, inicio de sociedades, inauguración de negocios y eventos, realizar inversiones y hasta para abrir una cuenta bancaria, especialmente de ahorros.
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La Luna Menguante favorece el cobro de deudas, la conclusión de sociedades o trámites crediticios.
Fuente: El
Clarin Argentina
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