jueves, 18 de octubre de 2018

ya no me hago preguntas


He dejado de hacerme preguntas, de jugar con posibilidades, de adivinar significados. No, ya no me hago preguntas ¿para qué? Si la vida actúa caprichosamente y juega conmigo al escondite.,
Es algo contra lo que no se puede luchar, contra la vida, contra el destino, contra lo que te llega de repente y te deja en estado de shock. Pará qué prepararte tanto si lo que te encuentras no estaba en tus esquemas. Decía que cuando tenías todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas. Pues debe ser algo así, debe ser como equivocarte de clase o de exámen. Estudiar Filosofía y ponerte un exámen de Quimica, ambas cosas tienen mucho que ver pero en otro plano.
Lo que sí puedes hacer es no dejarte llevar por la conmoción, por el choque, mantener el control, como cuando agarras fuertemente el volante de un auto descontrolado con la esperanza de no estrellarte. Y después, cuando hayas conseguido aparcar, reflexionar sobre tu conducción al volante, para no repetir los errores que te han estado contínuamente sacando de la carretera.
Y dejarte de hacer preguntas porque lo importante no es el por qué sino el cómo.
A veces nos estrellamos porque construimos una pared tal alta que no somos capaces de ver más allá. Esa pared hecha de ladrillos de desconfianzas, de miedos, de culpas, de prejuicios, de orgullos, de soberbias, de intolerancias, de todas esas joyitas que nos adornan en muchas ocasiones y nos hacen cargar con demasiado peso innecesario porque no sirven para nada.
Cuántos más ladrillos, más alto será el muro, y más estrecha será nuestra visión. Tal vez, el muro se convierta en infranqueable, en nuestra fortaleza de miseras que nos alejan de la persona que realmente somos o que podemos llegar a ser-
Cuántas limitaciones, cuantos condicionamientos, ¡Cuántas capas nos pueden llegar a cubrir¡ Cuánto más si somos de índole porosa y hemos absorbido demasiado. Hemos absorbido tanto que hemos perdido nuestra verdadera esencia.
Esconderse en el bosque debajo de un árbol o tras la tapia de tu cochera no es una buena solución, hay que despojarse de todo lo que nos sobra, nos limita. Hay que confiar, y volver a conducir.
Si sigo con las metáforas podría decir, que hay que observar la carretera para trazar la ruta y llegar a nuestro destino, es decir; observar tu pasado para vivir tu presente y mejorar el futuro.
Y no te preguntes nada más, las respuestas vendrán por el camino.

Anyma.

1 comentario:

  1. No podría explicar mejor lo que me pasa que con estas palabras

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