sábado, 21 de julio de 2018

LA PLAYA 

Miraba fijamente las olas que se rompían en la orilla, una tras otra, 
tallando la arena mojada con su retroceso, la espuma blanca que se 
filtraba por entre los poros arenosos y húmedos, el color del mar en el 
horizonte, la línea que separaba éste del azul del cielo, y el espacio 
infinito que nos envolvía en aquel instante, al mar y a mi, intentando 
retener en mi mente el conjunto de imágenes y sensaciones que tardaría 
tiempo en recuperar, como hago con todo lo que me gusta, visualizarlo en 
mi retina para que después lo archive mi memoria en la carpeta de 
favoritos. 

Después cerré los ojos, y me concentré en el ruido rítmico de la resaca, 
a dúo con el viento que soplaba de poniente, dejando que ondease mi pelo 
cual bandera salada, y aspiré el olor marino y fresco de aquella tarde 
para impregnarme de aquel momento que hoy me acompaña, y que me llena de 
tanta libertad imaginaria. 

Anyma

No hay comentarios:

Publicar un comentario