Cuando
uno de los 505 músculos que aproximadamente forman parte del cuerpo
humano se fatiga, manifiesta su ―queja‖ en forma de calambres o
pequeños pinchazos. Las causas más frecuentes son, además de la
fatiga muscular, alteraciones de la circulación de la sangre (por
ejemplo, con varices los músculos de las piernas se encuentran mal
alimentados o si hay falta de riego en las piernas) y problemas de
tipo psicológico (ansiedad, nerviosismo, etc.).
La
forma más eficaz de prevenir los calambres consiste en practicar
todos los días un poco de actividad física en función de sus
gustos, desde paseos hasta natación, pasando por los bolos, el baile
o la gimnasia. Cuando sientas los molestos calambres, mezcla una
cucharada de aceite de oliva y otra de aceite de clavo y masajea la
zona afectada realizando círculos y ejerciendo una ligera presión.
Con ello incrementarás la llegada de sangre y calmará las
terminales nerviosas que facilitan el dolor.
Para
activar la circulación y relajar el músculo, también puedes
aplicar sobre la zona dolorida una pequeña cantidad de pomada de
árnica, de venta en herbolarios. Esta planta s un remedio de
obligada presencia en el botiquín natural de primeros auxilios, ya
que calma cualquier dolor de tipo muscular.
Dolores Manríquez Martínez
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