lunes, 4 de junio de 2018


EL LABERINTO

Mira hacia su interior y se pierde allí dentro, es como un laberinto, ni ella misma podría encontrarse. “cuántas de mí hay en mí” -se pregunta- . Lo recorre una y otra vez, el laberinto.
Rayos de luz difusa que se cuelan en el espacio diáfano de su cuerpo, iluminando rincones a los que les da vida, pero la luz se mueve hasta que desaparece y se queda a oscuras. Entonces, aparecen las otras, las que habitan en la penumbra. Sigue recorriendo el laberinto , sabe por donde salir pero no se atreve a traspasar la puerta, porque el laberinto mismo, forma parte de ella; sabe que no hay remedio y mientras tanto, recuerda un tintineo que viene siempre a su cabeza y que se aplica con desgana, el último verso de una copla popular que decía: “Merecía esta serrana que la fundieran de nuevo como funden las campanas”..



Esta es una reflexión de alguien que se equivocaba una y otra vez, que volvía a caer en el mismo agujero y que no encontraba la salida, porque el laberinto estaba en su interior. Tenia que cambiar desde el interior, tenía que fundirse y nacer de nuevo.
¿Os habéis sentido así alguna vez?



Anyma

3 comentarios:

  1. Que sensibilidad más exquisita a la hora de expresarte

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  2. Me siento en ese laberinto perdida muchísimas veces

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